lunes, 25 de enero de 2010

Grandes canciones del pop III: L'école est finie

El pop ye-yé de los sesenta, como todos ustedes saben, y sobretodo el de Francia, está lleno de sórdidas historias camufladas detrás de lo que a primera vista parecen inocentes cancioncitas de recreo. Es el caso, por ejemplo, de Les Sucettes, una tierna canción en la que France Gall nos contaba la historia de una chiquilla que adoraba las piruletas de anís mientras su autor se partía el culo sabiendo que en realidad la pobre France, inocente como pocas, elevaba a éxito pop una oda a la felación.

Pero la canción más terrorífica de todas es la que nos canta Sheila hoy. Vean primero el vídeo, vean... TERROR

El vídeo comienza con Sheila subida a una escalera y las otras danzando sobre un edificio. ¿Qué es ese edificio? Sin duda alguna es una Iglesia y Sheila acaba de quitar un gran crucifijo de su fachada, de ahí la escalera, mientras sus amigas se mofan de Cristo danzando sobre las paredes de la casa de Dios. El videoclip no podía empezar más fuerte.



Aun habiendo comprendido que no son simples niñas si no fervorosas adoratrices de Satán y que Sheila es la bruja mayor, no puede dejar de espantarnos lo que a continuación tiene lugar: el rito. A ritmo de los cánticos hipnóticos de Sheila, sus súbditas se inclinan dándole el trasero mientras una, quizás la alumna más aventajada, las va saltando por encima hasta llegar a La Bruja Negra. Lesbianismo, dominancia, sadismo y humillación. Nunca un potro fue tan macabro.



Sheila, esa niña con cardado y coletitas, aparece ahora divertida y con la sobaca sin depilar leyendo un libro mientras le arranca algunas páginas sin ocultar lo más mínimo el placer que le provoca. No puede ser otro libro más que La Santa Biblia.



¡Dios mio! Sheila se dirige a nosotros apuntándonos con el dedo. ¡¿Hasta dónde llega su descaro?!



Ahí vuelven Sheila y sus sacerdotisas, ya puestas hasta arriba de todo y frenéticas, la alegría por saberse cercanas al Príncipe Oscuro es irrefrenable y el pedo que llevan las deja ya sin control. Rápidamente el descampado donde ejercen sus prácticas va dando lugar a un paisaje desolador, plagado de páginas arrancadas de Las Sagradas Escrituras que se rompen bajo las pisadas de sus inmaculadas merceditas.



El rito llega a su fin. Sheila guardaba lo mejor para el final: el movimiento oligofrénico de sus rodillas en un chotis infernal.



Y por fin, tiene lugar el aquelarre, que finaliza con la aparición de unos hombres que las raptan, terminando todo en una bacanal satánica sin desenfreno de la que el espectador no forma parte pero no importa, su objetivo esta cumplido: ¡no puedo quitarme la maldita canción de la cabeza!



Ahora vean el video de nuevo y denme la razón: TERROR

6 cazadores con rifles cargados:

Pedro Toscano dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pedro Toscano dijo...

Qué buen post, MR. ZEBRA... Se me viene a la mente otra de esas canciones pop que esconden mensajes... obviamente, Lemon incest, de Serge Gainsbourg...

Pilar Cita dijo...

Oh-my-God! Los franceses son tan ... retorcidos! XDD El video es, como mínimo, desconcertante!

Centro Picasso Vilnius dijo...

Ficher, Lemon Incest no "esconde" precisamente el mensaje ;)

Como fans absoluta de los yeyés, creía haberlo visto todo... Pero no. Y he de decir que el video me ha en-can-tado.

Por cierto que el vídeo de Les Sucettes tampoco "esconde" gran cosa...

Maxi dijo...

parece como si john waters hubiera ido a una clase de educacion especial a grabar a estas mamarrachas...

Carlos dijo...

Oooooooh, me ha encantado. Y seguro que las muy cerdas luego no recogieron los papeles :(

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