jueves, 9 de septiembre de 2010

Bien es sabido por todos ustedes que me chifla la música francesa, y en concreto hay un grupo de cantantes que hace mis delicias. Se trata de las chicas que triunfaron en los años sesenta y setenta. Todas hermosas, todas talentosas, y todas unidas por unos dramas tremendos. Hoy vamos a centrarnos en esas historias espeluznantes que había detrás de estas pizpiretas chiquillas.

- Françoise Hardy



Fue un sex-symbol en su época, y no solo en Francia, los rockeros se morían por sus labios, incluso se decía que tuvo algo con Mick Jagger.
Aun hoy sigue sacando discos y teniendo éxito, pero tras esta bonita carrera musical se esconde un inmenso miedo escénico alimentado por un trauma adolescente.
La Hardy vivía con su madre y su abuela pues su padre las abandonó y se casó con otra mujer. A eso, que en la época ya era motivo de vergüenza, hay que sumarle la extrema autoridad de la abuela y la mala leche que tenía la vieja, que la insultaba y la trataba como a un trapo.
Françoise creció acomplejada por su cuerpo de pocas curvas y su palidez. Mientras era icono de la belleza inteligente, nunca, y aun hoy lo sigue reconociendo, se ha aceptado físicamente.

- France Gall



Si hay una persona desgraciada en el mundo ésa es la pobre France. Representaba la belleza ingenua y de hecho, si uno ve sus primeras actuaciones y las últimas se distingue una diferencia atroz en su semblante. Ganó Eurovisión y triunfó en los sesenta pero años después su carrera comenzó a declinar a pasos agigantados. Conoció a Michel Berger, quién la volvió a encumbrar al éxito durante los setenta y ochenta y finalmente se casaron. Hasta ese momento podría decirse de France Gall que había sido una chica con suerte. Bueno, hasta ese momento sí lo fue…

Pero en 1986 muere su mejor amigo en un accidente de helicóptero. En 1992 graba un disco a duo con Michel Berger, su marido. Ese mismo año, después de un partido de tenis, Michel Berger muere de un infarto. Le siguen graves problemas de salud. Y finalmente en 1997 su hija de 19 años muere de una enfermedad y ella decide retirarse para siempre.

- Sylvie Vartan



Se casó con el cantante más famoso de toda Francia, Johnny Hallyday, tuvieron un hijo guapísimo, se divorciaron y ella tuvo un accidente de coche que la dejó desfigurada. Numerosas operaciones hicieron falta para reconstruir uno de los rostros más bonitos de la época. He leído que si te acercas mucho puedes verle las cicatrices en la cara.

- Sheila



Mi favorita. La historia de Sheila es un cuento de hadas podrido. Vendía caramelos en las ferias cuando fue descubierta. Tuvo muchísimo éxito tanto en los 60 como en los 70 y 80 siendo una de las cantantes del país que más ha vendido. Se casó en 1972 con Ringo y juntos sacaron al mercado una canción pastelosa con imágenes de su luna de miel, el colmo de la horterada. Me encanta. Se convirtió en la novia de Francia y tuvieron un hijo que fue el bebé más mediático del país pero después de unos años en los que Sheila, cual Pantoja, se dedicaba a sacar canciones de desamor con mensajes personales, Ringo la dejó. Su hijo creció y tras un matrimonio fallido y una hija no deseada, drogas, deudas y paro, acabó prostituyéndose en los bosques. Ahora, el chapero más mediático del país ha sacado un libro que se titula “Hijo de”. QUIÉROLO.

- Nicoletta



Sus padres son una mujer con deficiencia mental y un hombre que la violó en las fiestas del pueblo. ¿Para qué continuar? Todo lo que diga después va a quedarse corto.

Y estas son mis amiguitas.

sábado, 21 de agosto de 2010

Consejo a las casadas

La mujer cuando se casa
ha de ser muy complaciente
y a la vista del marido
ha de entrar muy sonriente

Si el marido un beso pide
no se le debe negar
pues se expone a que a otra parte
vaya el beso él a buscar

No discuta nunca
¡ría si él se enfada!
pida lo que pida
no le niegue nada, ¿nada?, nada

Si el marido está enfadado
debe ser más complaciente
pues al hombre se le puede
dominar muy fácilmente

Y si le encuentra abatido
de genio triste está
usted como buena esposa
su genio debe alegrar

No discuta nunca
ría si él se enfada
pida lo que pida
no le niegue nada, ¿nada? nada

Si una foto le encontrara
y él le dice que es su prima
aunque sepa que no es cierto
no discuta ni le riña

Le contesta sonriente:
no me engañes corazón
no es tu prima, es una tía
una tía de ocasión

No discuta nunca
ría si él se enfada
pida lo que pida
no le niegue nada, ¿nada? nada

domingo, 25 de julio de 2010

Novela Gráfica

El jueves pasé una noche durísima.



Me tocaba turno de noche y cuando llego me comunican que en una hora se va a cortar la luz en el hotel y la calle hasta las 7 de la mañana. Tendría que echarle huevos.



Porque ya saben lo que pasa cuando te paseas solo por un hotel, y más a oscuras.



Así estaba la situación: sin luz, sin internet, sin televisión, sin radio, sin nada para leer. Y así iba a estar durante siete horas. Por más que pensara no se me ocurría nada para distraerme. O casi nada:



Y llegó el momento en el que cortaron la luz y me ví sólo en el edificio con una linterna. Terror mayúsculo.



Rezaba para que todo pasara muy rápido y nadie con mala pinta llamara a la puerta.




Pero no fue así. Los relojes estaban parados, la alarma pitaba de vez en cuando, los ambientadores automáticos hacían fsssssss cada 18 minutos, en la oscuridad de la noche las cosas cobraban vida.



Y entonces entró un huésped y tuve que acompañarlo a su habitación y como decía que quería un descuento y estaba muy enfadado tuve que dejarle mi linterna. Mientras hablaba con él escuché un grito abajo y le dije “¿qué ha sido eso?” casi metiéndome en su habitación. Y él fríamente me dijo “Habrá alguien intentando entrar”. Me cerró la puerta de la habitación y tuve que bajar solo alumbrándome con mi móvil a echar un vistazo.



Por el camino pensaba con qué iba a defenderme. Tenía el móvil, que podía usarse de arma arrojadiza, unas llaves con las que podía hacer pequeños arañazos, y un bolígrafo que, si había prestado suficiente atención a los capítulos de Anatomía de Grey, podía servirme para hacer traqueotomías si se diera el caso. En fin, tendría que improvisar.



Al final parece ser que no era nada y encontré otra linterna. Pero ya estaba atacado y me sentía muy solo y con ganas de llorar.



Quería ir a mi casa con mi familia.



O estar por ahí pasándomelo teta.



Y con esos pensamientos me pilló el alba y yo me sentí super héroe por haber cuidado del hotel y haber sobrevivido a la noche más larga y terrorífica de mi vida.

miércoles, 21 de julio de 2010

Todo lo que sí.

Desde que descubrimos que en Torremolinos se puede salir cualquier día de la semana solo vivo de noche. Y desde que descubrimos el Vodka rojo del Mercadona con Red Bull esas noches son como de cuento de hadas. De hadas gorrinas.

El lunes salí con Josie Asquerosi y el Nervios, que es un amigo de Josie que a mí me cae muy bien porque se sabe todos los diálogos de Magdalena Cruella, que últimamente lo uso como requisito para saber si alguien me cae bien o mal, y porque cuando le dije que nunca había bajado a un cuarto oscuro me cogió de la mano y me lo enseñó alumbrando con el móvil para que no me cayera ni me perdiera y me pareció muy de buen amigo.

Las noches siempre las empezamos haciendo botellón en un coche y cuando estamos muy borrachos nos vamos a un bar donde hay espectáculo de travestis. Siempre está medio vacío y las travestis son fabulosas. A veces suben a la gente al escenario y acaban dejándolos en bolas mientras interpretan canciones de Pastora Soler o de Paloma San Basilio sin dejar de beber chupitos. Es todo como muy decadente y a mí me encanta formar parte de ello. Hay una vizca que ayer nos encontramos -porque ayer también salimos- vestido de hombre y de la mano de su noviA. Cuando le preguntamos que qué aberración era esa nos contestó sonriendo que el mundo del travestismo es muy fuerte.

Luego fuimos a un bar que a mí me flipa porque tienen como una animadora fantabulosa que se hace llamar Alicia Glamourous Scandalous Dangerous Fashionable y es una mujer guapísima con un bronceado, unas piernas y unas tetas como de broma de lo perfectas, que siempre que ponen a Lady Gaga hace las coreografías enteras y acaba retozando por el suelo. Y cuando no está bailando se la ve por todo el bar bebiendo con una pajita enorme con muchos tirabuzones. Super linda. Aquí está interpretando Paparazzi:



En un momento en el que Josie estaba haciendo su propia versión del Un, dos, los micrófonos yo bajé a mear. Cuando en esto que me pongo a la faena y de pronto me aparece detrás la cabeza del Nervios y me cortó toda la orina. Le dije que no me mirara la cuca y me contestó que ya lo había hecho y empezó a tocarme. Yo intentaba hacer caso omiso, porque a mí el Nervios no me gusta, y seguir meando pero era imposible. Una mano se acercó peligrosa a mi huevo izquierdo y cuando aquello ya se ponía morcillón un hombre enviado del cielo por el Señor abrió la puerta de golpe y exclamó "¡perdón!". Y yo le dije que no pasaba nada y salí huyendo.

Ayer me pasó algo más raro todavía. Estaba de nuevo meando cuando de pronto me aparece de la nada un hombre al lado. Otra vez me cortaron el pipí. Y el hombre en cuestión me empezó a contar que estaba ligando con uno que le acababa de decir que tenía mujer e hijos, y empezó a sollozar. Yo estaba maravillado. Como que se me puso dura y todo, así como lo cuento. El tío llorando y yo empalmado. Cuando se fue ya no pude ni mear ni nada. Y luego a la salida todo se había llenado de hombres que me estaban haciendo el pasillito. Me recordó mucho a esto:



Más cosas: me caí por unas escaleras y no me pasó nada. Me he enamorado en secreto de un niño que tiene 6 o 7 años menos que yo con el que lo único que he cruzado han sido estas palabras:

Yo: -Pues yo tengo 26 años.
Él: -¡¡¡¡¿Tú tienes 26 años?!!!!!

Y de la mirada de asco que me echó envejecí tres o cuatro más, así de borde e hijodeputa es. Tengo pompas en los dedos pulgares de los piés. Me he despertado hoy con un chupetón en cada lado del cuello y sin resaca. FIN

viernes, 16 de julio de 2010

Cherry Darling

Rescato otro texto de mi antigua libretita, éste es de 2005:


El mundo está lleno de violencia, aquí tres casos:

1. Violencia de género.

Pues es que un día estaba yo en la playa con Vichyssoise y una amiga bollo
que teníamos. Estábamos los tres, como digo, tumbados en la arena
intentando cambiar el mundo y esas cosas cuando a lo lejos vemos a dos niños
con un palo de golf y una pelota. Los niños estaban dándole a la pelota con
el palo y mandándola hacia nuestro lado. La pelota cada vez más cerca, y el
niño cada vez le daba más fuerte... hasta que le dio a Vichy. Cuando el niño
se acercó a recoger su maldita bola ella le dijo que o se iba a jugar con
el palito a otra parte o ésa no sería la única bola que tendría que recoger,
y el niño, haciendo gala de su educación y saber estar, intentó darle con
todo el palo de golf a Vichyssoise en la cabeza. Pero ella, con la bola en una
mano y grandes reflejos en la otra, consiguió parar el palo, agarrarlo,
quitárselo al niño y decirle que si volvía a acercarse se lo tragaba entero.

Los niños se fueron y la bollo y yo nos empalmamos.




2. Violencia doméstica.

Esto pasó hace mucho tiempo. Mi hermano y yo estábamos coloreando y nos
peleamos. Yo le di un guantazo y él cogió un rotulador naranja y fue directo a clavármelo en el brazo. Vi su mirada de odio y cómo levantaba el rotulador directo hacia mí. Yo cerré los ojos con fuerza para que pasaran rápidos esos
segundos de dolor, pero cuando vi que no me dolía nada abrí los ojos y...
bueno, y vi a mi hermano con el rotulador hincado en su propia mano y una
herida de color naranja, jojojó.

3. Violencia geriátrica.

Y esto pasó hace dos días. Estaba yo con Chantilly por la calle cuando veo
que un balón de fútbol va directa hacia ella mientras unos chavales le
decían que se la pasara. Ella paró la pelota con maestría, se la colocó
delante del pie derecho y miró a los lados buscando al chaval. Cuando lo vio
le dio una puntapié a la pelota lo más fuerte que pudo, y contentísima me
dijo “¿Has visto Zebra? ¡¡¿Has visto?!! Ha ido directa al niño! En la
vida me había pasado eso!”. Cuan grande fue su decepción al comprobar que
había confundido al niño con un anciano encorvado que paseaba a su perro
unos metros más a la derecha y el pobre señor daba pequeños saltitos para
intentar esquivar la pelota, pero no, no la esquivó. Y tuvimos que darnos la
vuelta y buscar otro camino.

En otro orden de cosas, y esto sí es de 2010, ayer vi Planet Terror y no puedo hacer otra cosa que recomendársela encarecidamente. Hora y media de puro placer y diversión zombie.

lunes, 12 de julio de 2010

Bolleré



A Josie Asquerosi lo conocí por internet hace seis años. Nos hemos encontrado muchas veces pero a pesar de que somos casi vecinos y de que durante todos estos años hemos chateado de forma bastante regular nunca habíamos quedado. Últimamente estábamos más unidos. Que su ex y el mío se liaran une bastante, claro. Jaja. Y ahora a él le gusta un chico y yo quiero ayudarle a que lo haga suyo. Así que el jueves y el sábado quedamos para salir por la noche. Hay muchísimas cosas que contar pero ya las mezclo entre días, las olvido o me las invento de tanto que bebí y tan bien que me lo pasé. Pero lo más destacable podría ser:

- El jueves vinieron Josie y el Maquillajes a recogerme al hotel por la noche y nos metimos en el coche a beber Lambrusco mientras el recepcionista que me sustituía vigilaba que no viniera la policía. El sábado hicimos lo mismo, pero en vez de Lambrusco teníamos gelatina de vodka, una cosa riquísima pero que mancha mucho. Además como no me dio tiempo de cambiarme, tuve que lavarme con los amenities que iba encontrando por el hotel y me trajeron ropa de sus casas para que me cambiara en el coche. Todo esto me parecía tan de trece años que me puso de muy buen humor. Viajar al pasado me emociona mucho.

- El jueves me pillé un ciego de estos divertidos de hablar mucho y no tener vergüenza. Mientras Josie acortaba distancias con su oscuro objeto de deseo yo fui al baño. Allí un hombre me enseñó la tranca. Era una picha muy marrón, me recordaba mucho a un chorizo de Cantimpalo y para unas lentejas pues mira, pero así de pronto no me hizo mucho tilín además como la puso apuntando a mis pies parecía que iba a ponerse a mearme. Me fui.

- Cuando cerraron el bar me recuerdo hablando con mucha gente. A un inglés muy alto le dije que era colombiano y se rió mucho cuando le explicaba de forma muy didáctica cómo recogiámos el café en mi aldea. También había uno que siempre que pasaba por su lado me acariciaba como con afecto, y no solo a mí. Cualquiera a su alrededor se sentía como más reconfortado gracias a los cariños de ese ser. A un enano con barbas le dije que le quería. Y luego a uno al que llamábamos El Paciente Cero le vi unos auriculares saliendo del bolsillo trasero del pantalón y le dije que tenía algo extraño colgando del culo. Me contestó que eso en él era normal y aunque no lo entendí me reí mucho y me hice amigo también. Le llamábamos El Paciente Cero porque era igual que esto:



- El sábado fue todo mucho más salvaje. Después de tomarnos la gelatina etílica entramos a una discoteca llena de nabotes y de niños que parecían LaRoux. Qué cara llevaría cuando me encontré con un antiguo compañero de trabajo y al saludarle me dijo "¿Y tú quién eres?". Esa gelatina es maravillosa. Josie estaba muy ligón esa noche y yo me puse muy contento por él. Nos volvimos a encontrar con el chico cariñoso del jueves y alumbró mi corazón con su aura de candor. Y después fuimos a un bar donde nos apareció un portero vestido con correas y tachuelas y nos dijo que para entrar teníamos que desvestirnos y dejar a la chica que iba con nosotros fuera. Yo a esa chica no la conocía así que me pareció bien, pero se ve que era querida entre los demás porque todos se negaron a entrar. También me presentaron a un hombre muy mono y yo pasé, últimamente no tengo ganas de ligar, solo de reirme. Eso me da mucha tranquilidad.

- Finalmente Josie Asquerosi se lió con el chico que le gustaba. Ahora está preocupado porque no sabe cómo dar el siguiente paso. Yo, por si acaso, estoy ensayando a acariciar la espalda como el chico cariñoso, por si ocurre algo malo y necesita apoyo.

miércoles, 7 de julio de 2010

Horror

Ayer pasé una noche terrible.

Me tocaba turno de noche en el hotel, entraba a las 00:00 y salía hoy a las 08:00 a.m. Preferir la muerte era razonable. Además, para no dormirme se me ocurrió llevarme mi ordenador y ponerme a ver Halloween, la primera parte. Ya vislumbro tímidas sonrisas de maldad en sus rostros, sádicos lectores...



Al principio todo fue bien. Cené con dos latas de Red Bull que me despejaron mucho. Antes de ver la película estuve chateando hasta las tres con mi amigo Josie Asquerosi. Me reía tanto y hacía tanto calor en la recepción que me bebí dos Cocacolas. Y cuando Josie Asquerosi se fue a la cama y a mí me quedaban todavía cinco horas por delante hasta poder hacer lo propio decidí ir al bar del hotel y prepararme un cafecito bien cargado.

Colapso cafeínico.

Noté enseguida que algo raro me pasaba pero no le di más importancia y me dispuse a ver la película. Me quité los zapatos y bajé a los infiernos. Al parecer tanta cafeína y taurina habían sobrealertado mis sentidos y con cualquier cambio de ritmo en la música ya me asustaba, imagínense lo que sufriría cuando mataban a alguien.

Y encima me entró hambre.

Pausé la película y de lo colocado que estaba no me puse ni los zapatos, y allá que me fui descalzo a la cocina del restaurante a hacerme un bocadillo. El restaurante estaba completamente a oscuras, la única luz que entraba era la de la calle y la que salía de la cocina: una luz blanca parpadeante que dejan encendida todas las noches como medida de seguridad. Cuando me vi en esa estampa aterradora y caí en que en una película yo sería el siguiente en morir me reí mucho, pero mucho mucho, en voz alta y todo. Acojonante. Así que cogí una maritoñi de la entrada y reanudé la película.

De pronto veía sombras por todas partes y escuchaba ruidos de todos lados. Llegué a un estado en el que ya no sólo imaginaba que Michael Myers aparecía ante mí cuchillo en mano si no que estaba convencido de que realmente iba a pasar en cualquier momento. Y pasó lo que tenía que pasar: llamaron a la puerta y grité. Y no sé si fue por causa de mi estado o realmente lo estaba viendo, pero en la entrada había una mujer con el rimmel muy corrido haciendo muchos aspavientos. Me daba miedo abrirle pero a lo mejor estaba huyendo de algo. Quizás estaba huyendo de Michael Myers. Así que le abrí. Era rumana, me preguntó por una habitación, le dije que estábamos completos y se fue llamándome sin vergüenza.

Retomé la película y me vi todo el final de un tirón, en un estado próximo al infarto. Y poquito después se hizo de día y ya las cosas tomaron otro cariz. De repente me vi y me volví a reir. Había sido estúpido. Yo no era rubia, ni gordo, ni tenía gafas, ni tetas enormes, ni era capitán de ningún equipo de baseball ni director de ninguna escuela, ni había ido al hotel a echar un quiqui. En ninguna película habría muerto, ¡yo era el héroe! Y lo había demostrado a lo largo de la noche. Ejem.

viernes, 2 de julio de 2010

Grandes canciones del pop IV: Mi canción favorita.

Mi canción favorita fue escrita por un hombre y cantada por una mujer. Se trata de Gypsy, de Fleetwood Mac.



Fleetwood Mac es un grupo que a mí me parece fascinante por muchísimas cosas. Eran cinco hippies que vivían en una especie de comuna. En esa foto de arriba hay al menos tres parejas, y sé contar. En sus tiempos se drogaban tanto que se decía que a Stevie Nicks, la rubia bajita, le cabía una moneda pequeña por el tabique nasal y que en los conciertos pedía que se le insuflara coca por el culo. También se decía que era bruja. Se decían tantas cosas que titularon a uno de sus discos Rumours, y hoy en día es el 12º disco más vendido de la historia. Con biografías así no puedo entender por qué luego existe Laura Pausini.

El grupo estaba liderado por la propia Stevie Nicks y por Lindsey Buckingham, ella con nombre de tío y él con nombre de tía, tenían que ser pareja, claro. Y vaya si lo fueron. Él, que debía ser el hombre más guapo sobre la faz de la Tierra, como demuestra la foto siguiente, y que aun hoy con sesenta años si se le mira de lejos puede dar el pego, escribió esta canción para ambos cuando ya no estaban juntos. De hecho, se supone que su relación terminó hace muchos años pero cuando uno los ve cantar juntos en los conciertos, cómo se tocan, cómo se miran... yo lo siento pero ahí hay lío.



Es la canción más bonita del mundo. I have no fear, I have only love canta Stevie y, o yo estoy amariconado, o es la frase más hermosa que nadie podría decirse a sí mismo después de una ruptura.

Además en mi casa tenemos una anécdota graciosa. Cuando yo era muy pequeño mi madre se compró el single de su canción favorita, que también es de Fleetwood Mac aunque no es la misma que la mía, y yo cogí el vinilo y lo mordí. Yo no me acuerdo porque era muy pequeño pero mi madre cuenta que llena de rabia me cortó la cabeza con el vinilo y que cuando se le pasó el enfado me la volvió a pegar. Y en la pared de mi cuarto está colgado el disco con la marca de mis dientecitos en recuerdo de aquél día que le hice perder la cabeza y ella a mí.

Por último, aquí dejo el vídeoclip por si alguien quiere verlo. Bueno, por si no, ¡háganlo, porras, que esto lo he escrito para ustedes!

VIDEOCLIP DE GYPSY AQUÍ!!!

lunes, 28 de junio de 2010

Vogue

Como dije, me compré una cámara de 400 cucas, y además me agencié el Photoshop y unos manteles del chino para poner de fondo. Aquí algunas de las fotos que he hecho:

















Y un grupo de música me ha pedido que les haga las fotos para el libreto del disco. Ahora mucha gente querrá ser mi amiga :)

viernes, 25 de junio de 2010

Ahora el salto ¡Pom!

Este año San Juan coincidía con la vuelta a Málaga de mi amiga La Campesina, que terminaba su Erasmus en Dinamarca ya, y como a La Campesina le gusta mucho el ron y nosotros somos facilones compramos muchísimo ron, pero mucho mucho, y lo pasamos en grande, claro. Pero empiezo por el principio:

Yo ese día tenía turno hasta la una y media pero hice uso de mis encantos personales y me dejaron salir una hora antes. En mi hotel si eres gay tienes privilegios pero eso ya lo contaré. Total, que cogí un taxi para no perder tiempo. Por el camino las luces de las ambulancias y los coches de policía formaban un espectáculo de reflejos preciosos.

Al fin llegué a la playa. Estaba como un domingo a las dos de la tarde, ni una rajeta de sandía cabía. Además no encontraba el punto en el que habíamos quedado y nadie me cogía el teléfono así que me acerqué a tres chicas para preguntarle por el sitio donde había quedado. Me lo dijeron y además me dieron un vaso de vodka para llevar mejor la búsqueda. Pensé no aceptar el vaso por eso que siempre dicen de no coger la bebida de los desconocidos a ver si le han echado algo pero las niñas eran muy simpáticas y ya he dicho que soy facilón. Luego vi un caballo en la playa y por un segundo me cagué de miedo y pensé que me habían drogado pero entonces la gente empezó a chillar al ver al animal y me tranquilicé.

Entre el caballo y los chillidos pude distinguir al Maquillajes, que es un amigo de La Campesina, bailando Bamboleo con mucha gente que no conocía. Miré por alrededor y unos metros más lejos estaban ya todos mis amigos: La Grosera, la Jachú, la Gallega, la Campesina, Marta, Guille, Sebas y los demás.

Ya borrachos nos enteramos de que Melody estaba comiendo boquerones en un restaurante que había cerca así que cogimos la cámara de fotos de la Grosera y nos fuimos ella, el Maquillajes y yo a por Melody. El Maquillajes le preguntó si se podía hacer una foto con nosotros y ella accedió. La Grosera no paraba de decirle guapa y el Maquillajes empezó a hablar con una tal Carmele, que estaba sentada en la misma mesa que Melody y entonces ocurrió: MELODY Y YO TUVIMOS UNAS PALABRAS ¡Y qué palabras! Yo le dije "Tendrías que haber ido tú a Eurovisión" Y ella, un poco bizca me contestó "Menos mal que no" y se rió. Me quedé prendado. Cuando la Grosera me pase la foto, la subo.

Luego volvimos a la playa e hicimos representaciones de todas las escenas de Magdalena Cruella. Una vez me levanté a por hielo y me encontré una funda de cámara de fotos en la arena, con su cámara dentro y todo, me puse muy contento. Y entonces la encendí para ver las fotos que tenía el anterior dueño de mi cámara y vi una foto de Melody ¡Tenía la cámara de fotos de Melody! Pero seguí viendo y me entró mucha angustia porque vi también fotos donde salía yo y pensé que al final sí que me habían drogado. Luego ya caí, era la cámara de la Grosera...

A eso de las seis recogimos y nos fuimos, pero yo estaba muy ciego. Me puse el ipod y por el camino a mi casa iba bailando levantándome la camiseta y soltando babas, riendo feliz, parecía Nell. Dormí unas horas y me desperté todavía borracho, así de bueno era el ron. Luego fui con la Grosera y la Jachú de tapeo, y nos pedimos una jarra de tinto cada uno, que por 1'80€ te ponían una jarra y dos tapas, y era un no parar.

Y por la noche Mujeres Ricas, el mejor programa de la televisión que nunca se haya creado. Yo soy muy fan de ella, la auténtica mujer rica:



Mañana por la mañana tengo el cumpleaños de la Jachú en su casa, con la madre que te prepara unos Bloody Mary que se te ponen los calzoncillos de coletero, luego tengo turno de tarde en el hotel, que como estoy yo solo pienso llevarme un termo de Bloody Mary y poner la música muy alta y por la noche salimos a seguir con el cumpleaños. Y la semana que viene me han invitado a una fiesta ibicenca, que no sé lo que se hace pero hay que ir de blanco. Viva el verano.

martes, 22 de junio de 2010

La verdadera historia del Patito Feo.

Esta mañana abrí el arcón de las cosas olvidadas y encontré una libreta con cosas que escribía hace muchos años. No me resisto a copiar una revisión del Patito Feo que salió de mi pluma en 2003:



Érase una vez que Mamá Pata estaba emabarazada. En principio esperaba gemelos y así, tras la primera contracción nació un hermoso patito de color amarillo tipo tortilla de ajitos tiernos.

- ¡Qué belleza! ¡Pintaré mi madriguera con ese tono de amarillo! -gritó eufórica Mamá Ardilla.

- Bah, no hay monte sin grillo ni hortera sin amarillo -sentenció envidiosa Mamá Zorra.

Y poco después llegó la segunda contracción y un nuevo patito, esta vez blanco y reluciente asomó su cabecita:

- ¡Es divino! canturreó el gato travesti.

- El color blanco nunca trae nada bueno -se quejó una mosca cojonera.

Y cuando todos iban a felicitar a Mamá Pata, ésta tuvo una última e inesperada contracción. Mamá Pata chillaba y gemía pero no nacía nadie. Cuando todos lo daban por perdido asomó del útero de Mamá Pata una pierna peluda, y poco a poco fue surgiendo la criatura. Era el típico pato con gafas, cejas juntas, jersey de pico y camisa a cuadros, y un boli en la oreja.

- ¡Póngamosle un pasamontañas y ocultemos a esa cosa! -chilló Papá Pato horrorizado.

- ¿¡Qué dices!? -respondió Mamá Pata- ¡Lo confundirán con un ultrassur!

Todos se reían del pequeño Patito Feo, e incluso sus padres se negaron a criarlo. Pero entonces apareció Mamá Vaca:

- Yo te cuidaré. Te daré leche y cuernos.

Y el pequeño patito apestado vivió sus infelices días de infancia con una vaca, hasta que cuando creció le dijo a Mamá Vaca:

- Mami, quiero hacerme la cirugía estética.

Y Mamá Vaca, absolutamente de acuerdo, lo llevó a una clínica de Corporación Dermoestética Patológica.

El Patito salió renovado, bellísimo, todos se quedaron maravillados por el cambio.

- ¡Joder, qué pedazo de chorbo! -Gritaron las nutrias, visiblemente calientes.

- ¡Te estoy aplaudiendo y no con las manos! -Habló una loba en éxtasis.

- Vaya pato guapo! ¡A la paella! -dijo un hombre con garrote que pasaba por allí. Y al Patito Operado se lo comieron al día siguiente en Valencia y los comensales vivieron felices durante toda la jornada.

Moraleja: Más vale patito feo y entero que pato guapo en el paellero.

jueves, 17 de junio de 2010

No me gusta que a los toros te pongas la minifalda



Estaba yo ordenando reservas en mi puesto de trabajo cuando de pronto:

- Buenas tardes.

Un toro negrísimo de doscientos kilos, dos metros y una boca de Bratz me miraba de arriba a abajo. Me quedé perplejo, jamás había visto semejante masa de músculo, grasa y labios. Miré a mi compañero, que me hizo un gesto con la cabeza para que lo atendiera y volvió a fijar la vista en la pantalla del ordenador. Vale, estaba solo. Tendría que coger al toro por los cuernos, JA, JA.

Comencé a hacerle el check-in. Ni el hecho de que no se llamara Islero, Navajico o Avispado si no que tuviera nombre y apellidos me hicieron dudar que era un toro y no un hombre y que si no fuera porque el mostrador de recepción actuaba como burladero nos habría encornetado ya a mi informático compañero y a mí. Con manos temblorosas le di la llave de su habitación y le deseé buena estancia con toda la entereza con la que se le puede desear buena estancia a un toro bravo.

Diez minutos después volvió a aparecer y entre gruñidos pude entender que no conseguía encender las luces de la habitación. Mi compañero me dijo que subiera a su habitación a ayudarle. Era el trabajo o la vida así que subí a ayudarle.

Una vez en la habitación, el toro me preguntó si conocía algún lugar de ambiente ¡Era un toro mariquita! No crean que eso me relajó, no. Yo le hablé de un bar y él puso cara de asco y me preguntó si conocía alguna sauna, yo le dije que no. Entonces se tumbó en la cama -o mejor dicho, se extendió por toda la cama- y me preguntó si yo era gay. Decidí echarle valor y al toro, JA, JA. Dije que sí. El toro abrió las enormes patas y señalándome su genitales me dijo "¿Quieres...?"

¿Que qué dije yo? Pues bien...








Grité ¡¡¡NOOO!!! y salí corriendo de la habitación con una erección de caballo, JA, JA.

Poco después el Toro salió a la calle y cuando volvió al hotel, un hombre le seguía. La mole negra vino a mí y me preguntó si tenía preservativos. Le dije que no pero le deseé una buena corrida, JA, JA.

sábado, 20 de marzo de 2010

Teoría y ensayo sobre el nuevo disco de Alizée



Alizée, la francesa más internacional, ya no es una niña. De hecho, tiene mi edad y yo ya soy mayor. Y Alizée ya no tiene nada que ver con Mylène Farmer y Laurent Boutonnat, quiénes le hicieron sus dos primeros discos. Lo que aún no sé es si todo esto es bueno o malo. Moi... Lolita, J'en ai marre y Lui ou toi VS Psychédelices, Mademoiselle Juliette y Les collines. Hace un par de días que su último disco se ha filtrado y el veredicto es:

01. Eden eden.

La primera canción del disco es preciosa de lo bonita que es. Es sensual, pero no en plan sensual de fornicio si no sensual de pasear por tu casa en camiseta blanca de dos tallas grandes con una taza de café molido en la mano y desde el gran ventanal los primeros rayos de sol calientan tu fina piel y alumbran la silueta de una espalda masculina durmiendo en la cama.

02. Grand central.

Con esta canción Alizée consigue algo que nadie hasta ahora ha podido hacer: que una canción con cascabelitos no suene navideña. A parte de los cascabeles también hay como un ding dong muy chuli. No tiene estribillo aparente y el puente es más largo que todo el resto de la canción, en el que primero lalalea y luego habla muy grave. Lo curioso es que de este batiburrilo sale algo muy decente.

03. Limelight.

Un introducción de un minuto con un triste violín para luego comenzar unos sonidos espaciales y letra en inglés. Pareciera que Alizée fuera una agonías y llegara un día al estudio de grabación y dijera quiero esto, esto y ponme también un poco de esto, como quien va a un bar y pide un bocadillo de anchoas con leche condensada. No pega. Pero oye, dependerá también de lo que a uno le apetezca en el momento. Lo que quiero decir es que de todo se puede sacar algo si está bien hecho y a mí esta canción me gusta. Y por cierto, el bocadillo de anchoas con leche condensada está tremendo.

04. La candida.

Al principio creía que estaba cantando en rumano. Yuaki Tuayá. Ya después de fijarme más en la letra caí en que estaba diciendo Yo aquí, tú allá y que estaba cantando en español. Es muy bonita, tiene campanitas. ¿Qué canción con campanitas no es bonita? Y el Me muero, me muero se incrusta como tanga al culo.

05. Les collines.

Primer single. La canción no está mal del todo pero el vídeo... ¡qué video! ¡¡qué maravilla!! ¡¡¡Qué mujer tan hermosota, papi!!!

El vídeo AQUI (esto... ¿cómo se pegan vídeos al blog?)

06. 14 Décembre.

Suena a Sébastien Tellier y eso no es malo si te gusta Sébastien Tellier, claro. Y aquí acaba lo bueno del disco. Ahora vienen tres mojones seguidos que manchan de caca todo el album y por estar las tres juntas te dejan un gustillo como a mierda cuando en realidad es un buen disco. Y un buen ejemplo gráfico, no digáis que no ;-)

07. A coeur fendre.

O cómo hacer que una canción de tres minutos parezca que dure doce años bisiestos. Next.

08. Factory girl.

NEXT.

09. Une fille difficile.

Podría ser bonita pero no. A mí me recuerda a los moros que se cuelan en el metro con un órgano, encienden la base musical automática y se ponen a cantar la Bamba y Habibi Te Quiero. Pues aquí lo mismo. Una base musical igual durante toda la canción y a veces hay algunos soniditos que yo sospecho que es de su hermano toqueteando aquí y allá o su madre dándole a las teclas sin querer al pasar el paño o a la yaya ir a sentarse en la butaca y no ver que había un teclado y sentarse encima y apretar todas las teclas a la vez sin darse cuenta.

10. Mes fantômes.

Ah, pero aquí viene esta canción para cerrar el disco bien. Eso sí, yo no sé qué le ha dado a esta mujer con La Guerra de las Galaxias porque los ruídos espaciales están en todas las canciones. Es bonita pero ella entona como de lejos, con un eco y yo con tanto sonido galáctico es que ya me la imagino cantando en un cohete con la perra Laika al lado, es todo muy así, bonito, sensual y galáctico.

¿Alizée o Cheryl Cole?

Total, que al final hace lo mismo que cuando andaba con Mylène, cancionazas y morralla, lo mezcla todo y a ver qué sale. Y En este caso además también le ha añadido meteoritos, satélites y 2001: Una odisea en el espacio.

viernes, 19 de marzo de 2010

Photochapero



Yo he estado a punto de morir muchas veces.

Como una vez en que, con diez años y cuatro amigos, hice una cabaña para que
fuera la sede secreta de nuestros vicios prohibidos: chucherías, cómics y
los 40 principales. Lo cierto es que la cabaña estaba bien hecha, tenía unas
paredes recias que hicimos con vallas de una obra, tenía dos plantas, tenía
una techo de hojas de palmera, hasta una chimenea hecha con cuatro tablas
gordas. Una vez a la chimenea de madera (...) le dio por arder sin avisar y al principio intentamos apagarla, pero cuando vimos que meando y escupiendo no conseguíamos mucho, huímos. La pena fue que no pusimos ni alarma anti-incendios, ni extintores ni salidas de emergencia, y cuando todos intentamos salir a la vez, se nos
cayó la cabaña encima y empezó a arder todo. Yo no he temido tanto por mi vida como ahí. Bueno sí, hubo otra vez...

... En que yo estaba en la piscina jugando con un vecinito. Yo tenía trece
años y un gran apetito sexual. Pues estábamos jugando a hacernos
ahogadillas. Él al menos jugaba a eso, yo a ver-qué
podía-tocarle-sin-que-pareciese-que-lo-hacía-queriendo. Total, que no sé qué
cable se le cruzó al hijoputa aquél, que me hundió, me cogió por la cabeza y
con sus piernas me apretaba las mías. Yo al principio vi el cielo abierto
porque tenía su bañador delante y podía bajárselo “para que me soltara”,
pero cuando noté que me faltaba el aire y que dentro de su bañador solo
había un pene y no una bombona de oxígeno me puse nervioso. Al final hice uso de un arma del que nunca me he sentido orgulloso: los pellizcos, pero conseguí salir. Y total, ¿para qué? Porque...

... poco tiempo después iba yo andando por la acera cuando veo que unos
pasos más adelante unas bicicletas me cortaban el paso. Así que puse un pié
en la carretera y en ese momento el autobús más silencioso del mundo apareció de detrás mía y me depiló toda la parte derecha de mi cuerpo. Sin respiración me quedé, como...

... cuando hace dos veranos fui a la feria con gripe. Me puse a bailar con
mi congestión nasal y cuando ya no podía más fui a pedirme algo de beber.
Cogí el vaso, bebí, y me atraganté. Y como tenía la nariz entaponada no
podía respirar por la nariz, como acababa de atragantarme, tampoco podía
hacerlo por la boca y como no sé respirar por el culo, me quedé sin aire. Al
principio me asusté, pero luego pusieron la Lambada y milagrosamente se abrieron mis vías respiratorias y continué viviendo. Estoy segurísimo de que la Lambada tiene efectos terapéuticos en las personas pero no puedo demostrarlo más que contando mi caso. Aun así no fue la única vez que me quedé sin respiración, hubo otra vez...

... hace poco. Estaba muerto de hambre así que fui a donar sangre, que a la
salida te daban pastelitos y batidos. Me tumbé en la camilla, vino la
doctora y ¡qué pedazo de aguja traía la fakir asesina
aquella! Yo cuando la vi le dije que me estaba mareando y que me contara
algo de su vida para distraerme, y la tía sádica me dijo que no la hiciera
reir, que se movía y me podría hacer mucho daño con la aguja. Blanco me
quedé, como...

... como CrèmeFraîche, una amiga que tenía en el instituto. Estábamos en el
laboratorio haciendo unas prácticas. Las sillas del laboratorio no son de
respaldo, son como las de las barras de los bares, altas y con el asiento
redondo. Pues llegamos al laboratorio, descargamos las mochilas y nos vamos
sentando. Mi amiga Moncherí agarra un taburete de esos para sentarse y suena
un ¡CLON! Duro y seco en toda la clase. Se gira y dice “Pero CrèmeFraîche, ¿qué
haces en el suelo?” jojojojojojó! Y CrèmeFraîche blanca, claro. Y yo estuve
apunto de morir de risa.

viernes, 12 de marzo de 2010

Me, Myself & I

17: 34 p.m.

Yo: ... termino la última frase, pongo la foto y... voilà! ya he subido otra nueva actualización genial.

Voz interior: Ejem.

Yo: ...

Voz interior: Ejem ejem.

Yo: ... ¿Tienes algo que decir?

Voz interior: No. Bueno, sí. Es que me pareció que habías pulsado este botón al actualizar.

Yo: Pues claro que lo he pulsado, es el que siempre pulso. Anda y tráeme un café, y en silencio por favor.

Voz interior: ¿Estás seguro de que es el que siempre pulsas?

Yo: ¡Pues claro! Llevo ya en esto de blogger unos meses, ¿por quién me tomas? He escrito el texto y le he dado a este bot... oh no ¡Oh no!

Voz interior: ...

Yo: MIERDA ¡¡Le he dado al botón de borrar!!

Voz interior: Es lo que me pareció.

Yo: ¡¡¡Calla de una jodida vez pepitogrillo de los cojones!!! ¡¡Voy a arreglar esto en un periquete y te vas a callar para siempre!!

...

...

...

17: 54 p.m.

Yo: Vale, no sé cómo hacer que vuelva el texto. ¿Puedes ayudarme?

Voz interior: No.

Yo: Y supongo que del café ni hablar, ¿no?

Voz interior: No.

Yo: Te odio.

viernes, 26 de febrero de 2010

Volvemos a ser cuatro

¿Pues no van mis padres -que llevan separados nueve años- y vuelven a enamorarse e incluso mi padre deja su apartamento y regresa a mi casa?

Me lo soltó mi madre ayer por teléfono entre risitas de colegiala y yo exigí entonces hablar con mi hermano. Éste me dijo "ahora comemos mejor, está todo más controlado y mamá ya no coge el ordenador".

Creo que me encanta.

martes, 23 de febrero de 2010

Hermanitas

Aun recuerdo caminar al lado de mi madre por ese frío pasillo como si fuese ayer. A medida que avanzaba e iba dejando atrás más cuadros de personas sufriendo y mujeres encapuchadas mi miedo aumentaba ¿Dónde me llevaban? Al pasar una estatua enorme de una de esas encapuchadas con una serpiente a sus pies y de cuyas manos salían rayos reconocí aquello como el infierno. Aunque sólo tenía ocho años sabía qué era el infierno, lo había visto en películas. Una vieja decrépita comenzó a andar hacia nosotros. Iba encapuchada también, de blanco. Debía de ser la guardiana de las puertas del averno. Se paró ante nosotros y acariciándome el pelo me dijo:

- Tú debes de ser Mr Zebra. Bienvenido a tu nuevo colegio.

Me habían cambiado a un colegio de monjas, ¿infierno? Ja. Había más bondad en el trono de Satán que en el despacho de la Madre Superiora, estoy seguro.



Para empezar nos obligaban a usar uniforme y sobre el mismo debíamos llevar puesto una especie de mantel con mangas que llamábamos babero, azul para los niños y rosa para las niñas. El mío era azul. Ese babero tenía la cualidad de que si se mojaba se endurecía, y ello dio lugar a un episodio que todavía aun se recuerda en mi barrio, del cual yo soy protagonista:

Ocurrió durante un recreo. Los niños andábamos jugando al poli-ládron y yo era ladrón. Pues bien, uno de los policías me pilló y para que no me escapara se le ocurrió anudar su babero al mío. Tal maña tenía haciendo nudos que cuando quisimos deshacerlo era imposible así que pedimos ayuda. Nuestros compañeros lo intentaron de todas las maneras habidas y por haber, con sus deditos, con sus boquitas... y eso lo empeoró todo. Habían chupado tanto el nudo que ahora estaba duro como una piedra. El recreo acabó y como siameses fuimos a buscar a alguna monja. Y entonces hizo la cosa más asquerosa del mundo. Cogió aquel nudo endurecido por las babas de medio colegio y... agh... se lo metió en la boca y... AGH... comenzó a chuparlo y morderlo ella también. En la quietud de su despacho podía oir hasta el chupchup que hacían sus labios. Consiguió deshacer el nudo, eso sí.

Desde ese momento cada vez que una monja me chupa una prenda de vestir me dan muchas ganas de vomitar.

Por otra parte, no era extraño que mi compañero me atara tan fuerte pues los niños de ese colegio corríamos más rápido que los de cualquier otro de la ciudad. Estábamos entrenados. Cada día debíamos huir de una veintena de internos que nos perseguían como zombies hambrientos alargando sus manos hacia nuestros bocadillos. Daba igual que el bocadillo fuera de atún con mayonesa, que era el summun de lo delicioso, o de mantequilla, que estaba en el otro extremo. Había tanta expectación tras ellos que siempre me parecían manjares. Incluso uno de membrillo de colores (rojo, verde y blanco) que un día me hizo mi madre. Los problemas gastroenteríticos derivados de comer, correr y llorar al mismo tiempo eran incontables entre los alumnos.

Y no podía terminar el relato de hoy sin hablar de las monjitas. Todas eran un poco hijasdeputa. Todas menos una: Sor Dolores, que a mí no me proporcionaba más que placeres (!).

Tenían por costumbre ponernos la misma película todas las Navidades: Jesús de Nazaret con la particularidad de que en la parte en la que el Espíritu Santo se le anuncia a María y la preña, alguna monjita inquieta había grabado de la televisión una actuación de Julio Iglesias. Así que la escena quedaba así: Una noche María ve una luz muy brillante que se acerca a ella, aparece Julio Iglesias cantando Gwendoline y después María le cuenta a José que Dios le ha dicho que está embarazada. Nunca nos quedó muy claro de dónde obtiene Maria a su hijo.

Y para terminar, hablando de santiguarse, alguna monstrua encapuchada de esas nos dijo que cada vez que escucháramos la sirena de una ambulancia debíamos hacer el signo de la cruz. Nunca dejó de sorprenderme cómo, siempre que en medio de una lección oíamos el sonido divino, la monja en cuestión interrumpía lo que fuera que estuviera diciendo y humedecía sus ojos de satisfacción al ver a veintinueve alumnos santiguarse en el nombre del Padre, del Hijo y de Julio Iglesias.

sábado, 20 de febrero de 2010

Se busca

Hace un tiempo integré una página de estadísticas en mi blog y el otro día descubrí que registra también las frases usadas en los buscadores por la gente que llega a mi blog. ¡Cómo me he reído viéndolas! Estas son las mejores:

- Partes de una zebra. Esta me sorprendió porque ha sido usada por tres personas. Me pregunto qué llevará a esas tres personas a buscar las partes de una zebra y no de un caballo o de un burro, que digo yo que serán las mismas...

- Grandes pezones en blogspot (¡Muy importante que sea en blogspot!), Mujeres con pesones grandes (así, con s), Señoras con grandes pezones (¿Próxima página de Facebook?). Me doy cuenta de que con la entrada esa que hice de la lista de los mejores pezones hay una horda de hombres hambrientos de tetas que llegarán a mi blog ilusionados y ¡zasca! aparezco yo con el cuerpo de una zebra dibujada pegando coces a sus líbidos.

- Grandes ubres. "Que me voy a ordeñar" le faltó escribir a éste.



- Shakira sacerdotisa satánica. Y he escrito esta frase en el buscador y me salen ¡418 resultados!

- Cómo robar cromos a una niña de 9 años. JAJAJA, ésta es mi favorita.

- Partes de la zebra para colorear. Y dale con las partes de la zebra. Pero es que ésta ya va más allá: PARA COLOREAR. Te cagas. ¿Pero qué vas a colorear si son blancas y negras? Yo es que hago ¡PUMBA! y me muero.

- Se le ve el pezón. ¡Chivato!

Os recomiendo que lo probéis. Y por cierto, todo el mundo sabe que para robar cromos a una niña de nueve años lo mejor es pedirle que te los deje ver y salir corriendo.

martes, 16 de febrero de 2010

Un día en el campo

El otro día mentí. Mi mayor temor infantil no son las bicicletas, sino las flores amarillas, pero tiene su explicación y yo la cuento:

Hace mucho tiempo fui al campo con mis padres. Tendría yo unos siete años.
Todo iba bien, hacía sol, mi madre leía una novela rosa, mi padre jugaba con mi hermano al fútbol, los gnomos celebraban el cumpleaños del juez Klaus, y yo jugaba con un palito y unos condones usados que había encontrado por ahí. Cuando mi madre me vio, horrorizada vino a mí, me pegó en las manos sin decirme nada y me dijo que jugara al fútbol con mis parientes. Como yo no sabía por qué me había pegado y tampoco quería jugar al fútbol, me enfadé y me fui a matar a los putos gnomos.

Cuando se me pasó el enfado se me ocurrió coger flores para que mi madre me perdonara, así que fui buscando las más bonitas. Cogí una morada con forma de campana que se marchitaba muy rápido, una blanca que lo ponía todo perdido de polen, amapolas, tan frágiles que se deshacían en la mano... pero yo quería más, quería una flor que no se marchitara tan rápido, que no me dejara las manos pringosas y que fuera masculina. Una flor de verdad, no una metroflor. Y la vi... era una flor amarilla, alargada, pero tenía unas semillas redondas, gordas (sí, como huevos) y yo supe que ésa era la flor que estaba buscando.

Había muchas flores de ésas juntas, muchísimas, pero a mí me gustaban las del centro, que tenían los huevos más gordos. Así que me metí entre las flores y cuando llegué al centro y me dispuse a cortarlas... horror, miles de zumbidos llegaron a mí. Eran avispas, y había millones. Millones de avispas celosas porque yo estaba intentando hacerme con la flor-falo más grande. Intenté salir corriendo pero algo me agarraba la ropa. Eran las
otras flores, que me mordían y algunas tenían hasta cuchillos. Y esto lo digo en serio, seguramente sería un efecto óptico, ¡pero yo juro que ví flores con cuchillos!

Conseguí huir de ahí mientras las escuchaba insultarme y amenazarme y me lanzaban gnomos a la cara. Y desde ahí odio las flores amarillas.

jueves, 11 de febrero de 2010

Fast & Furious

Nunca me han gustado los vehículos, excepto la caravana de la Barbie.

A mis tiernos ocho años alguien con mucha mala leche y poca capacidad de observación me regaló un monopatín. Quedaba confirmado: yo era un varón. Ésa fue la primera de una larga lista de hostias que me deparaba la vida -en sentido literal y figurado- encima de aquél cacharro del infierno.



Yo me colocaba mis rodilleras, mis coderas, mi casco, y mi bocadillo de nocilla en el bolsillo y me montaba en la tabla a velocidades ultrasónicas de medio metro por hora. Nunca supe hacer que doblara. Inclinaba un poco la tabla, pero aquello no giraba, y era entonces cuando yo inclinaba más la tabla, más, más... y caía del monopatín. La verdad es que a la velocidad que iba no podía decirse ni que cayera del monopatín si no que más bien lo paraba y me bajaba.

Cuando mi hermano aprendió a andar, me sentaba con las piernas dobladas en
mi monopatín. Lo colocaba a él detrás, le ponía las manos en mi espalda, y
le decía que corriera todo lo que pudiera, que era un campeón. Nunca volví a intentar lo del monopatín yo solo, así que nunca aprendí, pero él ahora tiene unos
gemelos que parecen batatas asadas y liga mucho cuando va a la playa.



Luego estaba la bicicleta, el mayor temor de mi infancia. Yo tenía una
bicicleta roja, con sus ruedas de toda la vida, y además otras dos ruedas
chiquititas que evitaban que perdiera el equilibrio. Y me gustaba y todo,
era un niño feliz. Hasta que mi madre pensó que con catorce años ya era momento
de quitarme las ruedas chicas.

Mi problema era que no sabía empezar a pedalear y siempre tenían que empujarme. Por eso mi madre lo que hacía era empujarme ella al principio y dejar que yo rodeara un jardín enorme solo, y volviera hacia ella. Yo lo que temía era pararme antes de llegar a mi madre porque no sabía volver a montarme por mí mismo. Y lo que hacía era agarrarme a los espejos retrovisores de los coches aparcados y empujarme. –“Pero entonces... algo falla”-pensaréis vosotros, avispados lectores. Sí, algo fallaba, y era que si me agarraba a los espejos retrovisores, solo podía coger el manillar con
una mano, la derecha, por lo que generalmente, cuando empezaba a pedalear se
me iba la bicicleta hacia esa dirección, tanto que, en vez de rodear el jardín, lo que hacía era comerme su tierra. A los catorce años parecía un pequeño biólogo de tantas especies de plantas distintas que conocía de primera mano. Y cuando volvía montado en mi fracaso mi madre se me quedaba mirando avergonzada siempre... qué recuerdos más malos.

Pero oye, que yo luego aprendí a coger la bici. Incluso un día, con dieciséis
años me la llevé al campo con mis amigos. Y es verdad que me caí, es
verdad. Y que fui el único... y además dos veces. Pero yo estaba contento
aprovechando el momento, porque sabía que lo próximo era una moto y eso sí
que iba a ser duro. “Así ligarás con las chicas”-me decía mi madre, pero
bueno, esa historia la contaré otro día que esto ya está largo.